El presidente del Frente Grande Tucumán, José Vitar, a 45 años del 24 de marzo de 1976 recordó: “Era un día triste y gris con una llovizna persistente; uno intuía que empezaba una historia muy fea en la argentina”. El exdiputado fue entrevistado por Roque Galeano en radio Continental y habló con profundo dolor de la época de la dictadura.
Vitar fue perseguido y huyó de Tucumán pensando que nunca volvería. “El recuerdo que tengo del 24 de marzo es a mi amigo Guillermo Barbieri entrando a mi habitación diciéndome hay un golpe”, comenzó su relato. Según el líder del Frente Grande, los días previos ya se vivía un clima de represión: “Recuerdo que ya no dormía en mi casa”.
A la noche del 23 de marzo la pasó en casa de un amigo que muy generosa y valientemente lo escondió en su casa. “A Fines de agosto del 76’ ya era una masacre en Tucumán. Yo ya no tenía donde ir. Seguir escondiéndome en la casa de mis amigos era someterlos a un riesgo que era injusto, que no se merecían. Decidí irme de Tucumán y fui a Salta”, cuenta el presidente.
Detalló su partida una noche de agosto de 1976, desde el viejo predio ferial, en el tren Belgrano: “Mientras el tren iba dejando atrás todas las casas de Tucumán, sentí como se me desgarraba el alma y lo único que le pedía a Dios en ese momento era que me permitiera volver algún día a Tucumán”.
En su relato Vitar enfatiza: “Está comprobado que no fue la locura de un grupo de militares trasnochados o que leían demasiados textos de ultraderecha, sino que detrás de la dictadura hubo intereses económicos muy concretos, muchos de los cuales siguen teniendo una gran vigencia hoy”.