Las precipitaciones registradas en las últimas jornadas, especialmente en las zonas de Vipos y Trancas, generaron un leve respiro. La razón es que el estado del dique El Cadillal alcanzó una situación crítica al finalizar noviembre: a causa de la falta de lluvias, el nivel del embalse descendió a cifras que comprometen el suministro de agua potable para los habitantes. Un dato adicional profundizó la preocupación: la altura del Celestino Gelsi se ubicó muy por debajo de la media registrada en las últimas cuatro décadas y media para esta época del año.
Tendencia de Noticias consultó reportes oficiales de Hidroeléctrica Tucumán, que reflejan el desempeño del dique durante 2025 y en comparación con ejercicios anteriores. Allí se observa que, hasta la semana anterior, la cota había descendido a 592 metros sobre el nivel del mar, mientras que en el mismo período del año anterior se encontraba por encima de los 594 msnm. Esto representa dos metros menos de agua almacenada. La circunstancia generó inquietud entre los responsables. «El Cadillal estaba perdiendo 10 centímetros diarios de caudal por la alta demanda asociada a las temperaturas elevadas, y esa merma no se recuperaba ante la ausencia de precipitaciones en el norte, de donde provienen los ríos que alimentan el embalse», explicó una fuente del sector con acceso a las cifras. Los principales cursos de agua son el Vipos, el Choromoro y el Salí.
El descenso a los 592 metros también pone de manifiesto una alteración en las condiciones climáticas de la zona, ya que se sitúa muy por debajo del promedio de los últimos 45 años. Hacia finales de noviembre, la cota media de ese lapso histórico se ubicaba entre los 596 y 597 metros sobre el nivel del mar. De hecho, las estadísticas oficiales del Organismo Regulador de Seguridad de Presas (Orsep) indican que El Cadillal presentaba una cota cercana a los 595 metros al inicio del mes; es decir, perdió casi tres metros de agua a lo largo de noviembre.
«Es una cota baja, pero no hay motivo para alarmarse porque, además, los pronósticos anticipan lluvias favorables en la región para los meses estivales», intentó calmar un funcionario gubernamental. Recordó que, en algún momento, la situación evocó la sequía de 2013, cuando El Cadillal cayó por debajo de los 590 metros. «Estas lluvias impidieron que se llegara a ese escenario», manifestó con alivio.
Desde el Gobierno también se considera que la perforación de nuevos pozos de agua por parte de la Sociedad Aguas del Tucumán (se han realizado 47, 29 de ellos en la capital) ayudó a atenuar en gran parte el impacto de la sequía en el embalse.
Otro factor que contribuyó a detener la pérdida de agua fue la finalización, hace un mes, de los trabajos de reparación de la presa lateral N° 3. Como se recordará, en 2023 la Provincia asumió con fondos propios las obras en el paredón, para contener las filtraciones en el dique. Estos daños limitaban el aprovechamiento de la cota máxima del dique. «Ahora esperamos ver cómo responden las reparaciones cuando el embalse pueda almacenar más agua», señalaron en el Ministerio de Obras Públicas.
Por estos trabajos, el Gobierno erogó una suma cercana a los $12.000 millones, que ahora reclama judicialmente a la concesionaria del Complejo Hidroeléctrico Celestino Gelsi.