En el marco de la tercera audiencia del juicio oral por la causa Cuadernos, los declaraciones de varios imputados colaboradores han reavivado las acusaciones sobre una presunta estructura de recaudación ilegal que habría operado durante los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner (2003-2015). Los testimonios presentados ante el Tribunal Oral Federal N° 7 señalaron a ambos exmandatarios, junto a los exfuncionarios Julio De Vido y Roberto Baratta, como figuras centrales de este sistema.
Uno de los momentos más destacados fue la declaración de José López, exsecretario de Obra Pública —conocido por su arresto en 2016 al intentar ocultar dinero en un convento—, quien afirmó que en 2011 recibió la instrucción de «retomar la recaudación para la campaña», designándose a Baratta como su enlace operativo. López aseguró haber informado a Cristina Kirchner sobre el mecanismo de recaudación vinculado a las obras viales, el cual, según él, era conocido en otras áreas del Ministerio. Además, relató que la expresidenta solía dar órdenes y que, tras la muerte de Néstor Kirchner, le habría advertido: «Podés ser parte del problema o de la solución».
Junto a López, varios empresarios arrepentidos —entre ellos Juan Carlos De Goycoechea, Aldo Roggio, Angelo Calcaterra, Armando Loson y Carlos Wagner— coincidieron en señalar a Baratta como uno de los principales responsables de exigir coimas para la adjudicación de obras públicas.
Durante la audiencia también se conocieron relatos sobre el traslado de dinero en efectivo. Claudio Uberti, ex titular del OcCOVI, declaró que «el día que murió Néstor Kirchner había más de 60 millones de dólares en el departamento de Juncal», información que —según dijo— le habría confiado el exsecretario privado José María Olazagasti. Uberti también describió el envío de «valijas de distinto tamaño» con destino a Santa Cruz a bordo del Tango 01.
Por su parte, el testimonio de Oscar Centeno —chofer cuyas anotaciones dieron origen a la causa— fue leído en el tribunal. Centeno afirmó haber visto a Cristina Kirchner en la Quinta de Olivos mientras se realizaban entregas de fondos ilícitos: «En la época de Cristina también llevábamos los bolsos con dinero. Se la veía a ella en jogging cruzando hacia el chalet donde se dejaba el dinero».
Carlos Wagner, extitular de la Cámara de la Construcción, detalló el funcionamiento del denominado «club de la obra pública», donde las empresas acordaban ganadores de licitaciones y reintegraban entre el 10% y el 20% de los anticipos como aporte para «gastos políticos», todo bajo la supervisión de De Vido y Baratta.
Frente a estas imputaciones, el tribunal leyó el descargo de la expresidenta, quien negó categóricamente todas las acusaciones. En su presentación escrita, Cristina Kirchner sostuvo que «no consiguieron ni una prueba que acredite los delitos», tildando la causa de «investigación deliberada» y afirmando que los cuadernos fueron «fabricados».
La audiencia transcurrió, además, en un clima de tensiones institucionales entre el TOF 7 y la Cámara de Casación debido a la celeridad del proceso. El juez de la Corte Suprema Ricardo Lorenzetti instó a los magistrados a «trabajar durante el verano» para agilizar un juicio que sigue marcando la agenda política y judicial en Comodoro Py.