La denuncia de un grupo de padres destapó un insólito caso de opacidad y posible malversación. Encontraron 81 pares de botines y 15 pantalones de grafa sin estrenar, guardados durante años en el baño para personas con discapacidad. El director había negado la existencia del material, afirmando que eran «cajas con gacetillas».
JUAN BAUTISTA ALBERDI. – Un hecho que mezcla el absurdo con la negligencia conmociona a la comunidad educativa de la Escuela Técnica N.°1 de esta ciudad. Una denuncia persistente de padres de estudiantes llevó al descubrimiento de material deportivo y de taller nuevo, oculto y sin distribuir durante un período indeterminado de años en el baño adaptado para personas con discapacidad del establecimiento.
El escándalo salió a la luz cuando un grupo de familias, recelosas por la falta de entrega de insumos, insistió en revisar un espacio que siempre permanecía cerrado con llave. Ante el pedido formal de verificar su contenido, la máxima autoridad del colegio, el director, habría intentado desviar la investigación. Según relató el denunciante, el directivo aseguró que en ese cuarto solo se almacenaban “cajas con gacetillas de las votaciones”, negando rotundamente la presencia de cualquier material escolar.
La realidad, sin embargo, era muy distinta. Presionadas, las autoridades se vieron forzadas a abrir el recinto. Fue entonces cuando, ante la mirada atónita de los presentes, salió a la luz el alijo: 81 pares de botines y 15 pantalones de grafa, todos nuevos, que nunca llegaron a manos de los estudiantes para quienes estaban destinados.
El hallazgo generó una ola de indignación y profunda desconfianza entre las familias. “Es inaceptable. Mientras nuestros hijos necesitan estos elementos para su educación y desarrollo, alguien decidió esconderlos y guardarlos como si no existieran. ¿A qué se debe esto? ¿A quién se pretendía beneficiar?”, cuestionó uno de los padres afectados, quien prefirió mantener su nombre en reserva por temor a represalias.
La situación no solo pone en evidencia una grave falta de transparencia en la gestión de los recursos, sino que también revela una desidia alarmante hacia las necesidades concretas de los alumnos. El hecho de que el material fuera almacenado en un baño para personas con discapacidad, un espacio que debería estar disponible para su uso específico, agrava aún más la percepción de abandono y desprecio por parte de la dirección.
Frente a este panorama, la comunidad educativa se ha movilizado para exigir respuestas claras y acciones inmediatas. Los reclamos no se limitan solo a la escuela, sino que apuntan directamente a las autoridades provinciales y nacionales, responsables de supervisar el correcto uso de los fondos y materiales que se envían a los establecimientos.
Las principales demandas son:
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Una investigación exhaustiva y expedita para determinar los responsables de la ocultación del material.
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Transparencia total en la gestión de todos los recursos que recibe la institución.
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Controles estrictos y auditorías periódicas para evitar que hechos como este se repitan.
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La distribución inmediata del material encontrado entre los estudiantes que lo necesitan.
El caso de la Técnica N.°1 de Alberdi se ha convertido en un emblemático ejemplo de opacidad en la administración educativa. Mientras las autoridades competentes no brinden explicaciones convincentes y tomen cartas en el asunto, la confianza de las familias en la institución seguirá profundamente quebrada. La comunidad espera que este escándalo no quede en una simple anécdota y sirva como punto de inflexión para una gestión más honesta y al servicio de los estudiantes.
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