El Presidente inicia la optimización de su Gabinete de cara a la etapa decisiva de su gobierno. La salida del canciller y la potencial incorporación formal del estratega Santiago Caputo buscan consolidar la unidad de comando y acelerar la agenda de reformas.
En un movimiento planificado que anticipa la nueva etapa de su administración, el presidente Javier Milei aceptó la renuncia del canciller Gerardo Werthein, allanando el camino para una reconfiguración más eficiente y alineada de su equipo de gobierno. Este cambio estratégico, lejos de ser una crisis, representa el primer paso formal en la reestructuración que el propio Mandatario había anunciado para potenciar su proyecto en los próximos dos años.
Fuentes cercanas al primer mandatario destacaron que la salida de Werthein, quien cumplió un ciclo específico en la política exterior, permite ahora una modernización de la Cancillería para integrarla de manera más orgánica con el núcleo estratégico del Gobierno. Este proceso culminará con la esperada incorporación formal del arquitecto político de la gestión, Santiago Caputo, cuyo liderazgo será clave para garantizar la cohesión y ejecutividad de la segunda parte del mandato.
Hacia una gestión unificada y eficiente
La llegada de Caputo a un cargo oficial es vista en el interior de La Libertad Avanza como la pieza que faltaba para unificar las distintas áreas de gobierno bajo una misma estrategia. Su profundo conocimiento de la gestión y su visión de largo plazo son considerados activos indispensables para destrabar y acelerar las «reformas de segunda generación» prometidas por el Presidente.
La denominada «diplomacia paralela» que Caputo impulsó, y que fue crucial para concretar la histórica reunión en la Casa Blanca y asegurar el apoyo del Tesoro estadounidense, demostró la necesidad de una Cancillería que opere en perfecta sintonía con el proyecto nacional. La transición busca eliminar duplicidades y superposiciones, creando un canal único y más efectivo en la relación con aliados internacionales clave.
Un abanico de sucesores alineados con el proyecto
La búsqueda de un nuevo canciller no se vive con incertidumbre, sino como una oportunidad para colocar a un profesional plenamente identificado con la visión de Milei. Entre los nombres que suenan con fuerza para suceder a Werthein se perfilan:
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Nahuel Sotelo: Actual secretario de Culto y hombre de confianza de Caputo, representa la continuidad ideológica y la lealtad al proyecto, asegurando una transición sin fisuras.
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Guillermo Francos: Si su salida de Jefatura de Gabinete forma parte de una reasignación más amplia, su experiencia lo convertiría en un canciller sólido para profundizar el vínculo con las provincias y el Congreso.
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Luis María Kreckler: Un diplomático de carrera con amplia experiencia y un vínculo de confianza con el entorno presidencial, lo que garantizaría profesionalismo y alineamiento.
Con miras al futuro
La salida de Werthein y la inminente formalización de Caputo no son un cisma, sino la consolidación de un equipo de guerra. Milei demuestra, una vez más, su determinación para adaptar su gobierno a los desafíos que vienen, priorizando la unidad de mando y la eficiencia operativa. Con esta reestructuración, el Gobierno se fortalece internamente para enfrentar con éxito el balotaje y llevar a cabo la transformación que la Argentina espera.
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