La Justicia tucumana ordenó este lunes la prisión preventiva por tres meses para Santiago Leonel Budini, el joven de 22 años acusado de golpear y causar la muerte a Federico Toledo (20) a la salida de un boliche en la madrugada del sábado. La medida revoca la prisión domiciliaria que Budini cumplía por un caso anterior, lo que genera cuestionamientos sobre el sistema de control judicial.
Durante la audiencia de control, la auxiliar de fiscal Luz Becerra, representando a la Unidad Fiscal de Homicidios II, destacó la «violencia inusitada» del hecho y los conocimientos del imputado en boxeo, taekwondo y artes marciales mixtas. «Todos los testigos refieren que Toledo ni siquiera golpeó a Budini», señaló la fiscalía al fundamentar el pedido de prisión preventiva.
Budini, quien se encontraba en libertad condicional bajo prisión domiciliaria por otro proceso pendiente, enfrenta ahora cargos por homicidio simple con dolo eventual en perjuicio de Toledo y tentativa de homicidio por las lesiones causadas a Mateo Marti, amigo de la víctima, quien sufrió fractura de nariz.
En su declaración, el acusado reconoció su responsabilidad: «Fui yo quien golpeó a Toledo», expresó visiblemente afectado. «Pido perdón a la familia, estoy arrepentido. Hace dos días que no puedo dormir… si pudiera cambiarme por el chico lo haría».
La jueza hizo lugar al pedido fiscal y fijó un plazo de 91 días para la investigación, que incluirá peritajes de cámaras de seguridad, informes de autopsia y análisis sobre la formación marcial del imputado. La defensa había solicitado un plazo menor.
El caso expone falencias en el sistema de control de imputados con medidas alternativas a la prisión, particularmente cuando se trata de acusados con antecedentes de violencia. La muerte de Toledo ocurrió a menos de tres cuadras del lugar donde Budini cumplía su prisión domiciliaria, generando críticas sobre la efectividad de estas medidas.
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