Joaquín Sperani era un joven de 14 años que fue asesinado tras permanecer varios días desaparecido. El cuerpo del joven apareció en una casa abandonada de Laboulaye, Córdoba, y se investiga a sus propios compañeros del colegio por el crimen.
Ahora, dos compañeras de su grado contaron oscuros y estremecedores detalles. Según ellas, el sospechoso principal, mejor amigo de la víctima, tuvo una forma de actuar muy curiosa. Según indicaron, no asistió a la clase de Educación Física que se daba a contra turno, pero horas más tarde fue a la escuela N° 278 «Malvinas Argentinas», alrededor de las 10.
El relato de las compañeras es que «apareció en la puerta donde estábamos en formación y preguntó si estaba Joaquín. Los profesores no le dijeron nada y se fue».
Además, indicaron que a la salida no lo volvieron a ver, pero que cuando el curso regresó a las clases a las 14:40, el acusado ya estaba en la institución. «Estaba normal, riéndose y jugando», aseguraron.
Por otro lado, las amigas confirmaron el bullying que recibía la víctima y que «le escondían las cosas y le pegaban hasta hacerlo llorar».
«A Joaquín lo vieron mal porque él salía llorando a dirección o a preceptoría e iba a hablar. Él se pensaba que las personas eran buenas como él, no tenía maldad para nada», agregaron las testigos del caso.
Además, sobre el mejor amigo de la víctima sostuvieron que él «jugaba de manera violenta», aunque insinuaron que «solo no pudo haberlo hecho». «Creemos que pudo haber sido alguien mayor de afuera de la escuela», lanzaron.