Es el gran protagonista de la jornada del Dakar. A su llegada al campamento de Al Quaisumah, donde ya se nota el frío cuando el sol se esconde en el horizonte, asomó su figura con movimientos cansinos arriba de la moto. Allí estaba el hombre más esperado: Kevin Benavides, que se accidentó con una caída fuerte, continuó, ganó la 5ª etapa y se transformó en el nuevo líder del Dakar.
El piloto de Honda tiene un protagonismo heroico al registrar un accidente que le provocó un fuerte golpe en la nariz, en las manos y en los tobillos. Pese a ello, el salteño continuó y se adjudicó el parcial en Arabia Saudita.

“Fue una etapa muy difícil, muy técnica, con mucha navegación. Cometí un error al principio y luego comencé a recuperar y a mejorar”, comentó Benavides a Clarín. Y explicó: “En una duna salté mucho, pensaba que no había nada del otro lado, pero había un gran hueco y una duna de frente. Caí. Fue un impacto muy fuerte. Me puse duro en el aire y cuando impacté con el casco contra el GPS. Rompí la pantalla, también el casco. Parece que me rompí la nariz. Creo que no está quebrada, pero tengo una cicatriz, una herida”.
Sobre las consecuencias del accidente, Benavides indicó: “Me duelen los tobillos, que voy a chequear ahora porque uno me duele más que el otro, y es lo que más me preocupa. Me levanté y faltaban 180 kilómetros para el siguiente refueling. Ahí me asistieron y pude continuar. Fue una etapa muy dura pero con un buen sabor”.
Kevin recordó un antecedente similar, cuando se accidentó en la competencia Ruta 40, en Argentina, con una fractura de la nariz, y luego se adjudicó la competencia. “Esperemos que arroje el mismo resultado que aquella Ruta 40. Vamos a poner todo para salir a buscar el gran objetivo”, destacó.