El policía retirado Carlos Fortunato Flores, de 74 años, fue condenado a 11 años de prisión (domiciliaria por su edad), por el asesinado del productor Juan Carlos “Cheta” González, en un crimen que tuvo repercusión nacional en ese momento, durante plena cuarentena.
Así fue decidido durante una audiencia remota que se realizó el jueves, en un juicio abreviado. Al condenado se le colocará un dispositivo electrónico. El acusado admitió su responsabilidad penal en el hecho, que fue calificado como homicidio agravado por el uso de arma de fuego. El juez Javier Alejandro Tomas declaró admisible el procedimiento de juicio abreviado realizado.
En representación del Ministerio Fiscal intervino en el caso la Unidad Fiscal de Homicidios I, a cargo de Carlos Sale. La auxiliar Luz Becerra actuó por parte de la UFI interviniente.
El crimen
El pasado martes 15 de septiembre “Cheta” González, un pequeño productor, recibió tres disparos del policía retirado, en un campo ubicado en la localidad de El Cevilar, departamento de Cruz Alta.
González, quien pertenecía a la Unión de Trabajadores de la Tierra (UTT), tenía 60 años y esa mañana había llevado las vacas a pastar al terreno donde nació y se crió, y donde su familia paterna trabajó toda la vida. Esta tarea la hacía también su mujer, pero tras ir al campo el lunes se sintió mal, y por eso Juan fue el martes.
María Juárez, delegada de la base La Tala de la UTT, aseguró que Luis Robles, hijo de Juan Carlos, “recibió una llamada de una vecina, quien le contó que en el terreno de su familia había un hombre tirado a la par de sus animales con policías alrededor. Cuando llegaron con su madre, Lidia Rosa González, vieron que Don Cheta ya estaba muerto en el piso con las manos agarrándose el pecho”.
“Los policías llegaron al campo antes que la familia se entere de la muerte de Juan, porque Carlos Flores se entregó alegando que tuvo que disparar en defensa propia, porque el hombre estaba armado. Cuando buscaron armas en el terreno, no encontraron nada”, afirma la delegada.
“Son gente tranquila, de perfil muy bajo, campesinos que van humildemente día a día a cuidar sus vacas y sus animales, no puede quedar impune este asesinato”, explicó Juárez.
Lidia González, viuda del productor rural pidió que “se haga justicia”, y exigió: “Lo que ha hecho Flores no tiene nombre, ni látigo tenía mi marido para amenazar. No puede ser que este asesino esté de vacaciones en lo de su sobrina, queremos que esté preso y pague por lo que ha hecho”. Carlos Flores, policía retirado de 74 años, ya tenía antecedentes penales por intentos de homicidio y robos pero según cuentan en el pueblo.
Carlos Fortunato Flores.