La realidad del fútbol argentino marca el mismo rumbo que el de la vida cotidiana de todos nuestros compatriotas. Sálvese quien pueda, parece ser el camino elegido por AFA para el futuro de los clubes que lo representarán en los torneos continentales. En contramano con todos los entes sudamericanos, y de prácticamente todo el planeta, la Asociación del Fútbol Argentino todavía no le permite a sus clubes entrenar de cara a las competiciones que asoman en el horizonte. Con las fechas definidas para el retorno de la Copa Libertadores y Sudamericana, los conjuntos nacionales son los únicos que se encuentran sin competencia y peor aún, sin siquiera entrenar.
La fecha fijada para el regreso de los entrenamientos sería el lunes 10 de agosto para los equipos que juegan Copa Libertadores, mientras que para el resto de los elencos de Liga Profesional, sería una semana más tarde.
Así lo marca el esquema que sería aprobado en el cónclave que protagonizarán el presidente de la AFA (Claudio Tapia) y el ministro de Salud de la Nación (Ginés González García). De tener el visto bueno, la idea es que los elencos que juegan Copa sean testeados desde el martes 4 de agosto. A partir de la semana del lunes 10 de agosto, los demás elencos de Liga Profesional empezarían a realizar los chequeos médicos.
De esta manera, Boca, River, Racing, Defensa y Justicia y Tigre iniciarían los testeos el 4 de agosto y arrancarían a entrenar el 10 de agosto, tan sólo un mes antes de la reanudación de la Copa Libertadores, lo que claramente será una desventaja para los equipos argentinos. Los demás equipos de primera y segunda división retornarían a las prácticas grupales una semana más tarde.
El resto del Ascenso (Federal A, Primera B Metropolitana, Regional Amateur, Primera C y Primera D) tampoco tienen nada definido pero iniciarían a finales de agosto, sujeto a la evolución de la cantidad de contagios y a la posibilidad de cumplir con los protocolos.