La obra maestra de cinismo
«El 23 de agosto de 1939, la Alemania Nazi de Hitler firmó un pacto de no agresión con la Unión Soviética de Stalin, en el que cada uno de los firmantes prometió no atacar al otro».
Adolf Hitler necesitaba protegerse y tiempo para reabastecerse, necesitaba materia prima y atacar Polonia. Su póliza de seguro fue proponer un pacto de no agresión nada menos con la Unión Soviética de Josef Stalin. Algo muy impensando para el mundo entero, la extrema derecha unida a la extrema izquierda. Ni la mente más imaginativa pudo imaginar tal escenario.
Stalin mordió el anzuelo, y aceptó encantado el convite nazi, ya que el acuerdo preveía dividir Polonia entre ambas potencias, y además, en una serie de protocolos secretos, los generosos alemanes daban vía libre al dictador comunista para ocupar los países bálticos, una parte de ellos, formalmente independientes desde la Primera Guerra Mundial.
Los firmantes del Pacto fueron los Ministros de Asuntos Exteriores Joachím von Ribbentrop y Viacheslav Mólotov, ante la mirada de Stalin, de ahí el nombre de «Pacto Ribbentrop – Mólotov».
Stalin respetó al pie de la letra el acuerdo, hasta el día que el Führer dio orden de invadir la URSS el 22 Junio de 1941, en lo que se denominó «Operación Barbarroja», con los países del eje (Italia, Rumania, Finlandia, Eslovaquia y Croacia). La invasión relámpago «Blitzkrieg» que era pensada para unos meses y se extendió hasta el invierno ruso, el mismo invierno que sufrió «La Grande Armée» de Napoleón Bonaparte, cuando Francia invadió Rusia.

Von Ribbentrop firma ante la atenta y risueña mirada de Stalin, que está contra la pared.