Por Martín Javier Augier
Bolivia tuvo los únicos Príncipes Pontificios de América.
En el Palacio de la Glorieta vivieron más de 109 niños de forma permanente.
Muchos países tuvieron marqueses pontificios y condes pontificios una dignidad de nobleza espiritual y título nobiliario que reconoce Su Santidad.
Alfonso X. El Sabio decía: Nobles son llamados en dos maneras, o por linaje o por bondat: et como quier que el linaje es noble cosa, la bondat pasa et vence, más quien las ha amas a dos, este puede ser dicho en verdad ricohome, pues que es rico por linaje et home complido por bondat.
En 1898, fueron declarados (Príncipes de la Glorieta), Princesa Pontificia y Príncipe Pontificio Doña Clotilde Urioste de Velasco de Argandoña, natural de Sucre, junto a D. Francisco de Argandoña Revilla, natural de la Villa Imperial de Potosí Bolivia.

Las fastuosas fiestas organizadas por los príncipes pontificios incluía el traslado y alojamiento de sus invitados a su palacio, mayormente la aristocracia europea, quienes quedaban asombrados por su belleza.

Nobleza espiritual
El flamante matrimonio poseía una de las más grandes fortunas de América y destinaban gran parte de sus riquezas a la filantropía, cuyo desprendimiento llegó a oídos del Papá León XIII.

Habían contribuído en Sucre con la niñez desvalida, crearon asilos de ancianos, hogares de niños expósitos, e hicieron muchas obras de beneficencias.
Este asunto llega a conocimiento del entonces Papa León XIII, quien entregó su Bula Papal del 28 de diciembre de 1898, nombrando Príncipe de la Iglesia a Don Francisco Argandoña y Princesa de la Glorieta a Doña Clotilde U. Velasco, por la propiedad que se construía entonces en Sucre a orillas del río Ñujchu y como reconocimiento a las obras pías realizadas. El filantrópico matrimonio no tenía hijos.

El origen de la riqueza
El flamante matrimonio venía de familias ricas de Bolivia, ligadas a la actividad minera y la hacienda.
La familia Argandoña tenía larga tradición en la actividad minera, pero esa riqueza se vió incrementada cuando don Francisco siendo un joven recibido de una universidad chilena, compró casi la totalidad de las acciones de las minas de Huanchaca, poniendo en práctica sus conocimientos empezó a extraer a gran escala, extrayendo la plata a raudales.
La riqueza era tan enorme, que asesorado por su cuñado don Clodoveo Urioste de Velasco, caballero de la Orden de San Gregorio Magno, don Francisco de Argandoña fundó un banco, con su propia moneda de curso legal.

El banco duró más de tres décadas, y le sucedió dos años a la muerte de su fundador; don Francisco quién falleció en 1910.
El matrimonio no solo ayudaba a la gente , reconstruyó iglesias de su país, viviendas, asilos por todos lados, sino que también llegó a financiar a Bolivia en la Guerra del Pacífico (1879-1883).
De modo inimaginable realizaba grandes obras de beneficencia en Europa.
En París tenía un importante petit hotel sobre avenida Victor Hugo, que actualmente podría considerarse una mansión.
Con el dinero que donaban pudieron haber sido dueños de una de las grandes riquezas de Europa y América, pero eligieron continuar la labor de beneficencias.

Doña Clotilde Urioste Velasco de Argandoña, quién estuvo en las cortes europeas, falleció el 29 de Octubre de 1933 en Sucre, sin descendencia.
Entre las obras de bien social, fundó y subvencionó el asilo para huérfanos «Santa Clotilde», con su herencia paterna. Tras la muerte de su esposo se hizo cargo de la regencia, cuando se encontraba en París estalló en su país la Guerra del Chaco con Paraguay (1932-1935), no lo dudó y regresó a Bolivia donde ayudó nuevamente económicamente a su patria.
Impulsó con su peculio la construcción ferroviaria entre Sucre y Potosí y la construcción del camino carretero de Sucre a Lagunillas.

La Princesa de la Glorieta solía pasar largas horas jugando con los niños expósitos en su palacio, en las casas de juegos para niños repletas con juguetes que hizo traer de Europa. Colección Liliana Rück.
Doña Clotilde fue bautizada en el año del Señor de 1857 en Sucre. Era hija de don Melitón Urioste y doña Petronilla de Velasco, a los dos años de vida de doña Clotilde Romualda, en 1859, falleció uno de sus tíos; el Mayor General D. José Miguel de Velasco, varias veces presidente de Bolivia.

Su madre Doña Petronilla Clotilde de Velasco era hija del: Gral. D. Francisco de Paula Gonzales de Velasco, militar de carrera como su padre el Coronel de los Reales Ejércitos Don León Gonzáles de Velasco y Urquidi, (Gobernador Interino de Moxos, Pampas y Baures).

Un cuadro que tiene pintado de niño al abuelo materno de doña Clotilde actualmente en propiedad de su sobrino Rolando Urioste.
El oleo reza lo siguiente: «Don Francisco de Paula León Gonzales de V. y Lozano, hijo legítimo del Teniente Coronel D. León Gonzáles de Velasco y de Doña Juna Ignacia Lozano, nació el año 1787 a 23 de Marzo, su padrino de agua y oleo el Licenciado D. Francisco de Paula Porcel Secretario del Sr. Obispo de esta Diócesis Dr D. Alejandro José de Ochoa, y del Licenciado D. José Gregorio Cháves cura y vicario de Totora, Nació en la Hacienda de sus padres Vice parroquia de este Pueblo, Concurrieron el expresado Obispo, ciendo (sic) su padrino el Sr Prebendado Dr. D. Andrés del Campo y Galicia. Fue retratado a petición de su madre.» Trascripción de José Suárez Medeiros

Sentado D. Manuel Francisco Atanasio Urioste de Velasco, tiene marcado el número 1 (Hermano de la única Princesa Pontificia de América Da. Clotilde Urioste de Velasco De Argandoña). Con el número 2 de pie es el Presidente de Bolivia en 1917, D. José Manuel Gutiérrez, quién estudió en Stonyhurst College Inglaterra. Sentadas: Da. Agar Maria Reyes de Gutiérrez y su hija María Teresa Gutiérrez Reyes. Colección de Sergio Gutiérrez Elliot
Castillo de la Glorieta

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Escudo heráldico que se lee: «Asilo e instrucción a la orfandad».

