Causa Vélez: La Justicia analiza la posible detención de Petraglia, cercano a Cisneros, por la contradenuncia

La causa penal que investiga una presunta asociación ilícita destinada a fabricar una denuncia por abuso sexual contra futbolistas de Vélez Sarsfield avanza sobre uno de sus engranajes operativos más visibles. Federico Petraglia (en la foto junto a Hugo Ledesma), empleado de La Bancaria y hombre de extrema confianza del diputado nacional Carlos Cisneros, aparece en el expediente con un nivel de participación concreta, verificable y anticipada a los hechos que hoy lo ubica como uno de los principales candidatos a ser el primer detenido en el marco del legajo S-077592/2025.

Según aseguraron fuentes judiciales a El Federalista, la investigación se sostiene en una secuencia precisa de actos realizados por Petraglia antes de que existiera denuncia penal alguna, en declaraciones testimoniales coincidentes y en documentación incorporada al expediente judicial que lo describe como ejecutor disciplinado de órdenes, organizador diligente y operador de campo de la estructura que encabezaría Cisneros.

La secuencia

El punto de partida es la cronología del caso Vélez. En la noche del sábado 2 de marzo de 2024, José Florentín, Sebastián Sosa Sánchez, Braian Cufré y Abiel Osorio mantuvieron un encuentro con la periodista y empleada de la Caja Popular de Ahorros L.P. en la habitación 407 del Hotel Hilton. Al día siguiente, el domingo 3 de marzo a las 12:10, L.P. escribió en un grupo de WhatsApp con sus amigas —entre ellas R.S.M. y A.I.G.— un mensaje de tono festivo donde relató que había dormido con una camiseta de Vélez “porque tenía su perfume”. No hay en ese intercambio ningún indicio de violencia ni de trauma.

El dato que coloca a Petraglia en el centro de la escena ocurre 48 horas antes de que la denuncia por abuso sexual fuera presentada. El lunes 4 de marzo de 2024, alrededor de las 19:30, Federico Petraglia se comunicó con el Hotel Hilton para consultar específicamente por las cámaras de seguridad correspondientes a la noche del sábado. En ese momento, no existía denuncia, ni investigación judicial, ni intervención fiscal.

La relevancia de ese acto fue confirmada por tres fuentes independientes incorporadas al expediente. En primer lugar, el gerente general del hotel, Manuel Ramírez, declaró ante la Fiscalía que el llamado fue realizado por Petraglia y que el motivo fue “una situación entre jugadores de Vélez y una chica”. En segundo lugar, el jefe de seguridad del Hilton confirmó que Petraglia era cliente habitual del establecimiento y que no se trataba de un desconocido ocasional. En tercer lugar, A.I.G., amiga íntima de L.P., declaró bajo juramento que fue la propia denunciante quien les contó que “Federico había pedido las cámaras del hotel”.

Recién el miércoles 6 de marzo, dos días después de esa gestión, L.P. formalizó la denuncia penal por abuso sexual contra los cuatro futbolistas. La secuencia temporal —gestión de pruebas antes de la denuncia— es uno de los elementos que la Justicia considera más comprometedor, dijeron las fuentes.

El expediente no se limita a ese hecho aislado. Las declaraciones testimoniales describen a Petraglia como una pieza subordinada pero clave, con un rol definido dentro de la organización. Las amigas de L.P. relataron que él actuaba como ejecutor de órdenes impartidas desde arriba y como organizador de tareas sensibles. En una de las declaraciones se consignó que Petraglia “cumplía las órdenes sin discutir” y que “se encargaba de organizar todo lo que había que hacer”. En otra, se afirmó que era quien “se movía, hablaba con la gente y conseguía lo que le pedían”.

Ese perfil coincide con la caracterización general que hace el expediente de su vínculo con Cisneros. Petraglia es descrito como un joven muy cercano al diputado, con acceso directo, que responde a rajatabla las directivas y ejecuta sin margen de autonomía. No aparece como ideólogo ni como decisor final, sino como operador confiable, precisamente el tipo de rol que la jurisprudencia suele considerar esencial para el funcionamiento de una asociación ilícita.

Federico Petraglia junto a Hugo Ledesma, cuñado de Cisneros.
Federico Petraglia junto a Hugo Ledesma, cuñado de Cisneros.

La gravedad de su situación procesal se profundizó con los allanamientos ordenados el 30 de septiembre de 2025 por el juez Bernardo Daniel Lerario Babot, que incluyeron su domicilio. En el acta judicial se dejó constancia de que la medida se dispuso “en atención a la posible participación del imputado en la obtención anticipada y organización de elementos probatorios”. Se secuestraron dispositivos electrónicos que actualmente son objeto de pericias.

La declaración de la protagonista lo compromete más

Las propias palabras de L.P. terminaron de cerrar el círculo. En un mensaje de WhatsApp enviado el 7 de noviembre de 2025 a sus amigas, incorporado al expediente, la joven escribió: “siendo prisionera de muchas cosas que no compartía ni comparto… sin poder de decisión y teniendo que cumplir órdenes sin preguntar ni chistar”. Aunque el mensaje no menciona nombres propios, las testigos vincularon esas “órdenes” con el entorno operativo que incluía a Petraglia como ejecutor.

Según analizan en la fiscalía -agregaron las fuentes- la conducta atribuida a Petraglia “se corresponde con un rol operativo dentro de una estructura organizada, caracterizado por la ejecución diligente de instrucciones impartidas por quien aparece señalado como jefe”. Ese jefe, según aseguran los abogados de los futbolistas, es Carlos Cisneros, señalado expresamente como “el de arriba” en la organización.

A diferencia de otros imputados cuya participación se analiza en términos más amplios, sobre Petraglia pesan actos concretos, fechados y corroborados por múltiples testimonios, realizados cuando aún no había causa penal. Esa anticipación, sumada a su cercanía con Cisneros y a su rol de organizador, lo colocan en una posición particularmente delicada.

Si bien hasta el momento no se dictó ninguna orden de detención y ni el juez ni los fiscales decidieron avanzar en detenciones, la exposición mediática de la causa obliga a avanzar en medidas más efectivas. En ese escenario, Federico Petraglia reúne hoy todos los elementos que la Justicia suele ponderar para avanzar primero sobre un ejecutor, antes de escalar hacia la jefatura.

Por eso, en los tribunales tucumanos ya no se lo menciona como un actor secundario, sino como uno de los partícipes más importantes y activos de la asociación ilícita denunciada. Y por eso, también, su nombre aparece cada vez con más fuerza como el del posible primer detenido en una causa que amenaza con desarmar, pieza por pieza, una estructura de poder que opera desde las sombras.

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