Detienen al hombre acusado de asesinar a su ex pareja en Tafí Viejo

La Justicia busca a Carlos Orlando Arévalo, de 50 años, investigado por el asesinato de su ex pareja, Rosario Vargas, de 41. El crimen ocurrió ayer por la mañana en una vivienda de la ampliación del asentamiento “Villa Cariño”, en Tafí Viejo. La víctima había realizado al menos dos denuncias previas en su contra y contaba con una orden de restricción vigente.

El caso es investigado por la Unidad Fiscal de Homicidios I, a cargo de Pedro Gallo. Según el Ministerio Público Fiscal, minutos antes de las 10, Arévalo se presentó en el domicilio de Vargas, efectuó aproximadamente cuatro disparos y huyó del lugar conduciendo una motocicleta Yamaha YBR de color rojo. Vecinos que presenciaron el ataque alertaron de inmediato a la Policía e intentaron auxiliar a la mujer.

El Sistema de Emergencias 107 arribó minutos después, pero al revisar a la víctima constató que ya no presentaba signos vitales. Informes preliminares indican que uno de los proyectiles impactó en la región malar y tuvo salida en la zona occipital, lo que le provocó la muerte.

Antes del mediodía, “Villa Cariño” –un asentamiento con viviendas precarias ubicado frente a un cañaveral y cerca del Pozo de Vargas– se vio colmado de patrullas policiales, móviles del MPF y del Equipo Científico de Investigaciones Fiscales (Ecif) para realizar las pericias correspondientes.

Según allegados de Vargas, Arévalo y la víctima se conocían desde hacía varios años. Él trabajaba como fletero y tenía tres hijos mayores de edad de una relación anterior. Rosario, quien vivió desde pequeña en El Manantial, se mudó con él primero a una casa cerca de Río Muerto, en Yerba Buena, y hace cuatro meses se habían instalado en “Villa Cariño”. Con ellos vivía el hijo menor de la mujer, un adolescente de 13 años que presenció el crimen.

Familiares de la víctima manifestaron que hacía aproximadamente un año que no veían a Rosario, ya que Arévalo la había alejado de su entorno. “Nos amenazaba cada vez que nos acercábamos. Una vez incluso nos apuntó con una escopeta”, relató Rosa Vargas, tía de la fallecida.

Los vecinos del asentamiento se habían convertido en su principal red de contención. “Ella nos dijo que estaba contenta de haberse mudado acá porque se sentía contenida. Nos contó que antes vivía en el monte y no tenía a quién pedirle ayuda cuando él la agredía”, explicó Rodrigo Barraza, vecino lindante.

En octubre, el Juzgado Civil había emitido una orden de restricción contra Arévalo, tras una denuncia por violencia doméstica radicada por la víctima. “Antes de irse de la casa, le prendió fuego a sus cosas. A los días, dos de sus hijos volvieron y se llevaron la camioneta que él usaba para fletes, las ollas, la garrafa, la cocina, el celular y el DNI de ella; no le dejaron nada”, detalló Rosa.

Los vecinos afirmaron que, desde la imposición de la perimetral, no habían vuelto a ver a Arévalo hasta ayer. “Llegó entre las 9 y las 9.30 en la misma moto roja que le había sacado a ella. La mató delante de su casa, sin importarle que su hijo estuviera presente. Fue el chico quien nos dijo: ‘la mataron a mi mamá’”, señaló Rodrigo. “No la protegió nadie; el mismo policía que le notificó a él la orden vino a ver qué había pasado”, añadió.

“Era tal el miedo que sentía que no quería salir del barrio a buscar trabajo porque temía cruzarlo. El sábado estaba contenta porque había conseguido una ‘changuita’ en un bar de acá cerca; supuestamente comenzaba a trabajar hoy y no pudo”, contó Nadia, otra vecina.

Desde la comisaría de Lomas de Tafí confirmaron la recepción de tres denuncias en octubre: una de Arévalo y dos de la víctima, por violencia doméstica y por robo de sus pertenencias tras la prohibición de acercamiento. Respecto al menor, la Dirección de Niñez, Adolescencia y Familia (Dinayf) dispuso que quede al cuidado de su padre biológico. “Rosario tenía buena relación con el padre de la criatura. El problema era que Arévalo no quería que se relacionaran y lo amenazaba”, comentó Rosa.

Los pesquisas establecieron que, tras abandonar la vivienda de “Villa Cariño”, Arévalo se había mudado a la casa de sus padres, ubicada en la zona de la plaza vieja de Yerba Buena. Durante la tarde de ayer se desplegaron operativos de rastrillaje en distintos puntos de la provincia, con efectivos de la División de Delitos Rurales y Ambientales, Caballería, el Grupo CERO, Infantería y diversas comisarías, en busca del sospechoso.

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