Miles de tucumanos enfrentan una situación crítica ante la falta de agua potable y el colapso de las redes cloacales, mientras la Sociedad de Aguas del Tucumán (SAT) continúa enviando boletas con valores exorbitantes por un servicio que no brinda. Los reclamos se multiplican en toda la provincia, evidenciando un sistema al borde del colapso.
Vecinos de más de 50 barrios denuncian la falta crónica de agua, con situaciones que se extienden por años e incluso décadas. En la calle Próspero Mena, primera cuadra, los residentes llevan un mes sin recibir una sola gota de agua, mientras que en el barrio Echeverría, específicamente en Pasaje Luis Sáenz Peña entre Sargento Cabral y Necochea, la sequía es permanente. «Llevé un plomero y confirmó que en la cañería de entrada no pasa ni una gota», relata un vecino afectado.
La emergencia se extiende por toda la geografía provincial: Barrio Parque Sur (Jujuy al 4000), Barrio Los Plátanos, Avenida Belgrano al 2400, Barrio Mutual Policial, Villa Luján, Barrio Sutiaga (Amador Lucero 2250), y Barrio 24 de Septiembre (Alsina entre Güemes y Baltazar Aguirre) son solo algunos ejemplos donde los tanques permanecen vacíos y el agua solo llega en hilos durante la madrugada, cuando llega.
El problema cloacal es igualmente grave. En Avenida Siria 2109 de Yerba Buena, un caño roto en la vereda provoca el rebalse de líquidos cloacales dentro de las viviendas. Situación similar se vive en Pasaje 1° de Mayo al 900 del Barrio Obispo Piedrabuena, donde las pérdidas de líquidos cloacales y agua potable «brotan» de la calle desde hace más de cinco años.
Mientras la población sufre estas carencias, la SAT responde con aumentos desmedidos en las facturas y acciones judiciales para cobrar deudas por servicios no prestados. «Nos obligan a pagar una barbaridad en el Estudio Jurídico Astengo, donde nos enviaron desde la SAT», denuncia un contribuyente del barrio Los Plátanos. Otro vecino de calle 25 de Mayo 2787 asegura: «Hace 15 años que no tengo agua, hasta 2024 pagué, pero decidí no hacerlo más y ahora me quieren cobrar mediante abogados».
Aunque la SAT anuncia obras y la apertura de pozos, los trabajos realizados no cubren ni el 10% de los problemas existentes en la provincia. Las promesas de solución contrastan con la realidad de calles anegadas por caños rotos, como en Avenida Sarmiento 1200, donde un caño abierto genera charcos que se extienden hasta Marcos Paz 1250, evidenciando el desperdicio de un recurso escaso.
La situación ha generado indignación generalizada, especialmente cuando los usuarios con servicios al día reciben el mismo pésimo tratamiento. «En la SAT atienden mal, son maleducados, solo pasan el reclamo pero no solucionan nada», describe una vecina del Barrio Mutual Policial que pese a tener sus boletas al día carece de agua hace más de dos años.
La SAT, una empresa de gestión estatal que responde al Gobierno de Tucumán, es la responsable de la crisis hídrica que afecta a la provincia. Conformada en 2004 mediante leyes provinciales, su estructura accionaria está controlada en un 90% por el Estado provincial y en un 10% por los trabajadores, lo que la convierte en una compañía de naturaleza pública. A pesar de tener el monopolio de la captación, potabilización, distribución y tratamiento de aguas en la mayoría de los departamentos tucumanos, su gestión ha sido cuestionada masivamente por la deficiente prestación del servicio, la falta de inversión en infraestructura y el cobro de boletas abusivas por un servicio que no brinda.
La crisis hídrica tucumana requiere soluciones urgentes y estructurales, no parches temporales. Mientras tanto, la población sigue pagando por un servicio fantasma y sobreviviendo con baldes, botellas y la solidaridad vecinal para acceder a un derecho humano básico: el agua potable.







