Otro colectivo de la línea 4 se incendió en el Bajo: la crisis del transporte público una historia sin fin

Una tarde apacible en la zona de El Bajo, Tucumán, se transformó en una escena de caos y conmoción cuando un colectivo de la línea 4 de la empresa El Córcel se incendió de manera repentina, quedando reducido a cenizas. El impactante suceso, ocurrido en la avenida Avellaneda, fue registrado por testigos que, desesperados, gritaban de incredulidad mientras las llamas consumían la unidad. Si bien las pérdidas materiales fueron totales, según informaron fuentes oficiales, no se han reportado víctimas.

Este incendio, cuyas causas aún se investigan, se enmarca en una crisis profunda que atraviesa el transporte público tucumano. Los principales problemas del sector incluyen una significativa disminución de usuarios debido a tarifas altas, demoras constantes y una generalizada falta de confianza en el servicio. Esta pérdida de pasajeros se ve agravada por la existencia de un monopolio que, según se denuncia, impide la renovación de la flota y la mejora de la calidad, priorizando las ganancias de las empresas sobre el servicio al usuario.

La falta de inversión en la flota, con unidades que a menudo se encuentran en mal estado, genera un círculo vicioso de ineficiencia. Esta situación ha llevado a que un porcentaje significativo de la población prefiera alternativas no reguladas, como las aplicaciones de transporte, que ofrecen mayor rapidez y comodidad, profundizando la crisis de las concesionarias tradicionales.

Las consecuencias de este colapso son palpables en la ciudad. La ineficiencia del sistema contribuye al caos del tráfico y crea inseguridad para los usuarios, además de incrementar los tiempos de viaje. Asimismo, el deterioro del servicio eleva los costos indirectos para la población, profundizando la desigualdad en el acceso a la movilidad. Ante la falta de un servicio eficiente y sostenible, recae una alta presión sobre el gobierno provincial para subsidiar y mantener un sistema en declive.

Frente a este escenario, especialistas señalan que se necesitan con urgencia políticas de transporte claras y previsibles que establezcan reglas definitivas, compensando a los usuarios con un boleto justo y exigiendo a las empresas el cumplimiento de sus obligaciones. Una posible solución pasa por la renovación del sistema de concesiones, incluyendo nuevas licitaciones que permitan la entrada de actores que ofrezcan un servicio de mayor calidad. La participación activa de la Municipalidad en la supervisión y la inversión en tecnología, como la incorporación de vehículos eléctricos, se presentan como pasos esenciales para la necesaria reconversión de un sistema que hoy muestra, una vez más, sus grietas entre las llamas.

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