En un giro significativo dentro del conflicto por la emergencia pediátrica, el Gobierno nacional, a través del Ministerio de Salud y el Consejo de Administración del Hospital Garrahan, anunció un aumento salarial para los trabajadores que consiste en un complemento mensual de $450.000 para el personal sanitario y de $350.000 para el administrativo. El ministro Mario Lugones afirmó que este incremento fue posible gracias a una «gestión eficiente» que permitió «sanear las cuentas» de la institución y destinar recursos a lo «verdaderamente prioritario». No obstante, la medida no logró evitar el conflicto, ya que desde las 7 de hoy mismo comenzó un paro de 48 horas en el nosocomio.
Los trabajadores, a través de sus representantes, calificaron el aumento como «una reacción desesperada» del Gobierno e insuficiente, argumentando que «no reemplaza la recomposición reclamada». Señalaron que el anuncio, lejos de ser una solución, demuestra que «durante 18 meses se desviaron recursos del hospital para permitir la destrucción de la institución». Los referentes sindicales anunciaron una conferencia de prensa para analizar acciones que aseguren que los fondos del hospital «vayan a los salarios y no a la especulación», dejando en evidencia que el desacuerdo de fondo persiste.
Esta situación se desarrolla inmediatamente después de que la Cámara de Diputados rechazara el veto presidencial a la ley de emergencia pediátrica, lo que intensificó la presión sobre el Ejecutivo. Mientras las autoridades gubernamentales y del hospital presentan el aumento como el fruto de una administración responsable, los trabajadores, en pie de protesta, exigen una solución estructural que garantice el financiamiento permanente y revierta lo que consideran un desmantelamiento planificado de la institución.