Pedro Guarino y Thomas Colazo son dos amigos de los rugbiers condenados por el crimen de Fernando Báez Sosa que declararon como testigos en el juicio, y que ahora estarán en problemas con la justicia.
Los dos jóvenes serán investigados por sospechas de falso testimonio, porque la justicia cree que omitieron información al declarar por separado.
Cabe destacar que ambos estuvieron en el boliche Le Brique y salieron a la puerta, siendo testigos clave de todo el ataque a Fernando. Ninguno de los dos dio detalles a pesar de haber estado a metros de la agresión.
El Tribunal hizo lugar a un pedido de la fiscalía para que se los investigue por falso testimonio y ahora será un juez de garantías el que lo haga y determine si omitieron información al declarar o no.