Buenos Aires.- El Gobierno Nacional tuvo ayer su mayor escándalo desde que comenzó la pandemia, cuando el presidente ruso Vladimir Putin, admitió que no se colocaría la vacuna Sputnik V porque aún no podía aplicarse a mayores de 60 años, que es el grupo de riesgo al que pertenece el mandatario soviético.
Pero esta noticia es el desenlace de una cadena de contradicciones oficiales sobre las soluciones que ofrecerá el “presente” Estado Argentino a la mayor crisis sanitaria que enfrentó la humanidad en los últimos 80, 90 ó 100 años, y que, según un reconocido diario porteño tendría como protagonista (o actor secundario) al mismísimo gobernador de Tucumán, el ex ministro de Salud de la Nación, Juan Manzur.
Cualquier lector de medios debe haberse sorprendido por la sorpresiva apología de la vacuna rusa que inició el Poder Ejecutivo hace apenas un mes, cuando dejó de exaltar los beneficios de los productos de otros reconocidos laboratorios durante los primeros meses de la pandemia, una defensa que al día de hoy sería coherente por los probados resultados que lograron en todo el mundo.
La supuesta explicación a estas aparentes contradicciones fue expuesta en una columna firmada por Laura Di Marco, publicada en el diario La Nación (ver aquí), en la que relata el laberinto de los negociados sanitarios que podrían poner en riesgo la vida de miles de argentinos expuestos al Covid-19.
Según esta columna, “el operativo vacunación del Gobierno afronta tres malas noticias: la primera es que las dosis de Oxford/Astrazeneca están demoradas (se trata de la vacuna que se va a producir en la Argentina en los laboratorios del empresario Hugo Sigman (en la foto junto a Manzur), muy ligado al Gobierno). La segunda es que se cayó el acuerdo con la norteamericana Pfizer, y la tercera es que la vacuna rusa no es segura en mayores de 60 años, según anunció la viceministra Carla Vizzotti que está ahora en Rusia”.
Luego, la periodista se pregunta: “¿Qué sentido tiene comprar una vacuna que no inmuniza a quien tiene que inmunizar? ¿Por qué la Argentina no firmó el acuerdo con Pfizer cuando fue la primera vacuna que el Gobierno negoció, en agosto, cuando anunció que el país había sido seleccionado para hacer ensayos clínicos?”
En su columna, Di Marco recuerda que “Pfizer fue la primera que recibió al Presidente. El 10 de julio pasado, Alberto recibió en Olivos al gerente general Pfizer en Argentina, Nicolás Vázquez, y al director científico de la fundación Infant, Fernando Polack: allí se informó, con bombos y platillos, que la Argentina había sido seleccionada para llevar adelante una de las fases de prueba para una posible vacuna contra el coronavirus Covid-19. Ese ensayo clínico ya se hizo en la Argentina con 6 mil voluntarios, liderado por Polack, un científico reconocido en el mundo”.
Además, señala que “Pfizer firmó acuerdos de suministro de su vacuna con Estados Unidos, la Unión Europea, varios países árabes y en la región con México, Ecuador y Chile. ¿Por qué no en la Argentina?”. Y asegura: “el ministro Ginés, después de haber dicho tantas inconsistencias, no responde” sobre esta cuestión.
Después, Di Marco advierte que “la oposición apunta a Sigman, dueño de laboratorios asociados a la producción de la vacuna de AstraZeneca y muy cercano al ministro Ginés González García”.
Según la periodista de La Nación, “en la Argentina hay tres protagonistas” que “están muy vinculados a la política y a este Gobierno”. Después, primero, nombra al mandatario provincial: “Uno es Juan Manzur, médico, gobernador de Tucumán y principal aliado de Alberto Fernández. Fue ministro de Salud de Cristina Kirchner y está muy conectado con el empresario productor de la vacuna, Hugo Sigman, del esquema AstraZeneca».
Según Dimarco, dirigentes cercanos a Alberto admiten que “Sigman fue un aportante en la campaña del actual Presidente”.
Pero además, asegura la periodista en su columna, que “el tercer protagonista de esta trama es el ministro González García que, en 2003, es quien lo mete a Manzur en la política (Balestrini, entonces intendente de La Matanza)”.
Para sostener sus dichos, Dimarco cita hechos de hace diez años, cuando quienes manejaban la caja sanitaria nacional, eran los mismos que ahora están en el poder. “En 2010, ocurrió una trama muy similar a la actual con la gripe A: Cristina Kirchner anunciaba la producción de la vacuna en la Argentina. Y adiviná cuál fue el laboratorio que se benefició con la producción de la vacuna por la gripe A: el grupo Insud, de Sigman, en un convenio muy parecido con un laboratorio extranjero. ¿Y quién era ministro de Salud, durante la gripe A? Juan Manzur. Todos nombres que se repiten”, asegura la periodista.
Además, para involucrar aún más al gobernador tucumano, la columnista asegura que “Manzur sucedió a Graciela Ocaña, que se va del Gobierno en 2009”, y “de acuerdo a este convenio (2010) el gobierno argentino se comprometía a comprar entre 10 y 12 millones de dosis de vacuna para la gripe «A».
Dice Dimarco, además, que “la mitad de esas dosis nunca llegaron a la gente y no se sabe dónde están”.
Para salir (o profundizar) el escándalo
Pese al escándalo, este jueves el Gobierno Nacional advirtió prepara un vuelo a Rusia para «los próximos días» con el objetivo de buscar las primeras vacunas, cuya fecha está supeditada a «cuestiones administrativas».
Fuentes de Casa Rosada precisaron que «la vacuna llegaría, como estaba previsto, la semana que viene». «La mirada de (la secretaria de Acceso a la Salud) Carla Vizotti y la aprobación técnica de la ANMAT serán los dos factores determinantes para la fecha en la que llegará la vacuna rusa a la Argentina».
En ese marco, explicaron que «el plan de vuelo de Aerolíneas Argentinas está armado, pero hasta que no esté el OK no va a partir ningún vuelo». «Está toda la logística lista. Hay plan de vuelo, que puede cambiar dependiendo de lo que diga la ANMAT», dijeron.