Una resolución judicial había determinado que no había «peligro inminente», pero una nueva tragedia familiar conmocionó a la comunidad: un conductor de camión asesinó a su pequeño hijo de cuatro años y luego se quitó la vida. Se trata de Gustavo Suárez (48), quien había manifestado señales preocupantes con anterioridad. En la noche del lunes, publicó en su estado de WhatsApp una misiva dirigida a su ex pareja donde anticipaba lo que haría con el pequeño Francisco.
«Por tu culpa nos vamos para siempre», expresaba el texto. El hombre también realizó una llamada telefónica a la mujer para comunicarle sus intenciones.
Cerca de la medianoche del lunes, Daiana García (26), una sargento de la Policía bonaerense destinada en la localidad de Huanguelén -en el sudoeste de la provincia de Buenos Aires-, recibió una comunicación de Suárez, padre del niño.
Fue una conversación breve y directa. Le informó que se encontraba sobre la ruta y que iba a quitarle la vida al menor para luego suicidarse. La mujer alertó de inmediato a las autoridades y en cuestión de minutos arribaron al camión Mercedes Benz detenido en la banquina de la ruta provincial N° 60, a unos 150 metros de la entrada a dicha localidad situada al norte de Coronel Suárez.
Al llegar, los efectivos se encontraron con la peor de las situaciones: Suárez ya estaba sin vida, con un impacto de bala en la cabeza. En su mano derecha sostenía una pistola Bersa calibre .22, según indicaron a Clarín fuentes vinculadas a la causa.
Junto al cuerpo del hombre se hallaba su hijo, con heridas gravísimas producto de otro disparo. El niño fue trasladado con urgencia al hospital de la zona, donde finalmente falleció.
Lo sucedido es investigado por el fiscal Jorge Viego, al frente de la Fiscalía N° 5 de Bahía Blanca, quien dispuso una serie de pericias con personal de la Policía Científica.
Antecedentes denunciados
Fuentes de la investigación indicaron que existían denuncias previas de García contra su ex pareja. La primera se radicó el 7 de noviembre, donde la mujer solicitó una restricción de contacto de Suárez con el niño.
Cuatro días después, el juez de Garantías N° 3 de Bahía Blanca, Alberto Manzi, no accedió a las medidas pedidas y ordenó la intervención del Juzgado de Paz de Coronel Suárez a través del equipo técnico y la derivación al Servicio Local de Promoción y Protección de los Derechos del Niño y Adolescente.
Ese mismo 11 de noviembre, desde el organismo mantuvieron entrevistas con García y su hijo, y solicitaron medidas de protección para el menor frente a su padre.
El 14 de noviembre, el Juzgado de Paz de Coronel Suárez, a cargo de Alejandro Goñi Pisano, dispuso “el cese inmediato de los actos de perturbación y/o intimidación” contra el niño.
En la misma resolución, el Juzgado ordenó al Servicio Local “continuar con el acompañamiento y seguimiento del grupo familiar”.
Como tercer punto, el magistrado instó tanto al padre como a la madre a “abstenerse de exponer, involucrar o utilizar al niño en conflictos que pudieran suscitarse entre los adultos”.
Según fuentes de la investigación, el pasado jueves 4 de diciembre se dejó sin efecto la orden de restricción para Suárez al considerar que “no existe un riesgo extremo que torne necesario disponer la suspensión del régimen de comunicación paterno-filial».
Clarín intentó comunicarse este martes por la tarde con el Juzgado de Paz de Coronel Suárez y respondieron que el horario de atención era hasta las 14 y que ya no había personal autorizado para hablar sobre el tema.
El escrito final del victimario
Antes de tomar la decisión extrema de matar a su hijo y suicidarse, Suárez redactó una carta de dos páginas dirigida a su ex esposa, a quien conocía desde que ella era adolescente.
Algunos de los fragmentos de esa carta en la que él responsabilizó a la mujer por lo ocurrido:
-“Jamás vas a poder olvidar a Fran y a mí, aunque no (te) guste eso, y por culpa tuya nos fuimos para siempre. Por ser una (,,,) que él no merecía y muy mala mujer».
-“Daiana, nos vamos con Fran así estás tranquila como lo decidiste, te propusimos que no te vayas a Pigüé y lo hiciste igual, no te importó el amor de tu hijo, así que ahora hacete cargo de tus actos. Me volviste a mentir en la cara, te burlaste de mi otra vez y no te lo voy a permitir. Siempre con mentiras como vos estás acostumbrada a tratar a todo el mundo. Tenes que aprender a no mentir y jugar con las personas y sentimientos de ellas».
-«Yo te había dejado el camino libre hasta hace poco cuando me empezaste a invitar a tu casa y me propusiste irnos a vivir a otro lado y tener otro hijo. Me parecía medio loco todo, pero lo único que quería era ver a mi hijo crecer feliz con su mamá y papá y con un hermanito aún más».
-«Luego arrancaste con un martes trece como siempre, ahora a llorar a la iglesia Daiana García. Me voy con mi bebé Francisco porque le prometí cuidarlo siempre y así lo haré. Él va a estar bien junto a mi dónde quiera que estemos y no en una vida de mierda que le podes dar vos acá dejando tirado en un lado u otro para irte con algún macho porque es lo primero que siempre haces».
-«A vos el nene no te importa y nunca te importó. Ahora seguí con tu vida como vos decís, con tus 34 años, pero veamos qué tan feliz sos cuando veas un nene como Fran con su mamá, con su guardapolvo de jardín como usaba tu hijo o veas jugando niños jugando como podría estar él y se lo arrebataste vos por una vida de turra y te plantearás si es mejor vida esa o la de una familia».
-«Te lo dije Daiana, el que ríe último, ríe mejor y no me diste bola y seguiste burlándote, eso lo tenés que pagar. Yo a Fran lo voy a seguir cuidando siempre conmigo. En cambio, vos no lo vas a volver a ver nunca más, vos te lo perdiste y tuviste la oportunidad de verlo crecer, pero no, decidiste como siempre, irte (…) antes que tu hijo y no vengas a hacerte la mamá luchona porque no lo sos».
-«Andá y hacé esa vida que querías, pero nunca va a ser como la que vivimos en familia como cuando nació Fran. Ahora no nos llores ni te pongas en el papel de víctimas porque si hubo una víctima fuimos nosotros de todas tus mentiras siempre».
-«Donde quieras que vayas, aunque no quieras, los recuerdos con nosotros estarán presentes y veremos qué tan feliz son con tu vida».
-«Lo tenías todo y lo perdiste, así que ahora me toca decírtelo a mí. ‘pan y ajo’. No vales nada Daiana ni como mujer, ni como madre, ni como persona».
-«Te mereces lo peor por el resto de tu vida y sé que así será. No servís para dar hijos y lo sabes ya que Fran fue un milagro después de tantas pérdidas y lo sabes bien a eso».
-«No vale la pena despedirnos porque no te lo mereces. Me voy convencido de que la vida siempre te devuelve todo lo que das. Amor y respeto hacia los demás y vos nunca vas a tener eso para con vos, Daiana García».
AA
