El Tesoro de Estados Unidos confirmó este miércoles una nueva compra de pesos argentinos en el mercado abierto, en el marco de un amplio operativo de asistencia financiera que podría totalizar los 40.000 millones de dólares. El secretario de Finanzas estadounidense, Scott Bessent, precisó que el salvataje incluye una línea de swap ya establecida y un fondo adicional de 20.000 millones de dólares que se encuentra en fase de estructuración con bancos privados y fondos soberanos, dirigido específicamente al mercado de deuda argentino. Bessent subrayó que el respaldo de Washington se mantendrá siempre que Argentina continúe aplicando «buenas políticas», y señaló que una eventual victoria electoral de La Libertad Avanza fortalecería la capacidad del gobierno local para vetar iniciativas consideradas contrarias a ese rumbo.
La intervención directa del Tesoro estadounidense en el mercado cambiario local produjo un efecto inmediato en las cotizaciones, revirtiendo la tendencia alcista del dólar que había llevado la divisa a operarse cerca de los 1.390 pesos en el segmento mayorista. Hacia el mediodía, el tipo de cambio oficial retrocedió hasta los 1.360 pesos, nivel idéntico al del cierre del día anterior, mientras que en la banca minorista la moneda estadounidense también mostró una moderación, cotizando a 1.395 pesos en el Banco Nación. Esta estabilización refleja el impacto concreto de las medidas anunciadas, aunque los operadores locales mantienen una actitud cautelosa ante la proximidad de los comicios legislativos del 26 de octubre.
Bessent no descartó que el Tesoro estadounidense pueda adquirir en el futuro deuda argentina, respondiendo con un «podríamos» cuando fue consultado al respecto, aunque sin ofrecer precisiones sobre montos o plazos. El funcionario enfatizó que el apoyo total de 40.000 millones de dólares estaría respaldado con Derechos Especiales de Giro (DEG), un recurso del Fondo Monetario Internacional, y forma parte de una estrategia más amplia de Estados Unidos para consolidar alianzas en la región. El presidente Donald Trump había expresado previamente que Argentina es uno de los principales aliados de Washington en América del Sur, junto con El Salvador y Costa Rica, destacando una clara «afinidad ideológica» como base de la cooperación.
A pesar del firme respaldo demostrado, Trump advirtió que la continuidad del apoyo financiero dependerá de los resultados electorales en Argentina, señalando que no serán «generosos» si el oficialismo sufre una derrota en las urnas. Esta condicionalidad introduce un elemento de incertidumbre en el escenario postelectoral, en un contexto donde los mercados evalúan la posibilidad de una recalibración del régimen cambiario y una estrategia más agresiva de acumulación de reservas por parte del Banco Central. Mientras tanto, la reiterada intervención del Tesoro estadounidense consolida un inédito mecanismo de asistencia directa que, por ahora, logra contener la volatilidad cambiaria a escasos días de una elección clave.
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