En el marco del Día Internacional del Café, el Gobierno de Tucumán presentó oficialmente el Programa Provincial de Promoción del Café, una iniciativa que busca posicionar a la provincia como el nuevo polo cafetero del país. «No para de crecer y tiene potencial», afirmó el vicepresidente del Instituto de Desarrollo Productivo (IDEP), Juan Casañas, durante el lanzamiento realizado este miércoles.
La presentación incluyó la firma de un convenio de colaboración entre el IDEP, la Estación Experimental Agroindustrial Obispo Colombres (EEAOC), la Subsecretaría de Desarrollo Productivo y el Consejo Federal de Inversiones (CFI), formalizando así el trabajo conjunto entre los sectores público y privado para desarrollar una cadena de valor con identidad tucumana.
El programa tiene como objetivo articular el esfuerzo de instituciones científicas, académicas y productivas. El IDEP funcionará como organismo articulador; la EEAOC brindará asistencia técnica; la Secretaría de Producción será la autoridad de aplicación; y el CFI otorgará créditos para plantaciones. «El objetivo del Gobierno Provincial es asistir a los productores y gestionar herramientas que les permitan impulsar su crecimiento», explicó Casañas.
Actualmente, 30 productores desarrollan cafetales en zonas del pedemonte y las Yungas tucumanas, donde las condiciones agroecológicas favorecen la adaptación del cultivo. Se estima que existen entre 8.000 y 9.000 hectáreas con potencial para el café en la provincia. En agosto, los primeros productores locales cosecharon variedades como Bourbon y Geisha, mostrando excelentes resultados.
El productor Oscar Velasco Imbaud, pionero en este cultivo, destacó: «Podemos producir café de muy buena calidad. En Tucumán, el café tiene mucho potencial para crecer». Velasco Imbaud inició hace ocho años la producción de café en su finca de Yerba Buena, donde hoy cuenta con más de 30 plantas. «Me pareció que el café era una producción que podía darse en Tucumán», relató el aficionado que hoy bebe su propio café cultivado, cosechado, tostado y molido en su propiedad.
El subsecretario de Desarrollo Productivo, Martín Lazarte, subrayó la importancia de orientar la producción hacia campos aptos fuera de las áreas protegidas por ley. «El café es una alternativa viable para fortalecer la diversidad productiva en la provincia. Hay muchos campos disponibles que se pueden aprovechar», destacó.
Desde la EEAOC, el director técnico Hernán Salas señaló: «Hay que hacer un análisis sobre cuáles son los mejores suelos, detectar los problemas sanitarios y verificar qué material genético es el más adecuado. La intención es brindar el marco para desarrollar la producción de café».
El contexto nacional favorece este desarrollo: Argentina importa café de países como Colombia, Brasil y Vietnam, lo que representa una erogación superior a los 500 millones de dólares anuales. «Si Tucumán produce en el pedemonte, podría abastecer entre el 30% y el 35% de la demanda nacional de café», explicó Casañas.
A comienzos de 2025, el IDEP firmó un convenio con Cabrales S.A., empresa líder con más de 83 años de trayectoria en el país, lo que permitirá fortalecer a pequeños y medianos productores tucumanos mediante capacitación y transferencia de conocimiento.
El productor Jorge Zelarayán advirtió que «todavía estamos analizando qué variedad de café funciona mejor. Es probable que el café tucumano sea diferente al de los principales países productores, pero será un muy buen café, con identidad propia».
La articulación público-privada, la inversión en ciencia y el compromiso de los productores consolidan un camino hacia el desarrollo de un cultivo estratégico que abre nuevas oportunidades para la agroindustria local, proyectando a Tucumán como protagonista en el escenario cafetero nacional.
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