En un contundente comunicado difundido este jueves, Paula, madre de la niña de 9 años internada por las consecuencias de un severo bullying, desmintió el parte oficial del Ministerio de Salud de Tucumán que anunciaba una mejoría en el estado de su hija. Con claridad y dolor, la mujer explicó que su hija NO experimentó una recuperación, sino que fue trasladada a una sala común para continuar con la evaluación médica, y reveló que los profesionales le dieron un diagnóstico «poco alentador».
«Lamentablemente los médicos nos informaron que Tati tiene un daño grave en su cerebrito, el cual será un proceso lento del que no saben qué tipo de secuelas le quedará», afirmó la madre. Detalló que la pequeña ya comenzó a presentar secuelas como «tipos de espasmos, que son movimientos involuntarios de su cuerpo», no puede sentarse por sí sola y debe alimentarse por sonda. «Es como si fuera nuevamente una bebé», describió Paula, calificando como «aberrante» que desde la cartera sanitaria manifiesten que la niña está bien cuando la realidad clínica es completamente distinta. Solicitó a los medios y a la comunidad «prudencia ante cualquier falsa esperanza» que genere expectativas inexistentes.
Este desgarrador relato surge en el contexto del brutal acoso escolar que sufría Tati por parte de tres compañeras, con la presunta complicidad de la directora y la profesora de inglés de su escuela en el centro de la capital tucumana. Según había relatado previamente su madre a Cadena 3, la niña era acosada constantemente con insultos como «fea» y «morocha», y le decían que «nadie la quería». El calvario llevó a la pequeña a un intento de suicidio el miércoles pasado, que fue descubierto por su hermana de cinco años. Paula recordó el cambio drástico en su hija en las últimas semanas: «Ella decía que no quería ir a la escuela, cuando siempre quiso ir. Si llegaba tarde, me decía ‘mamá, no quiero llegar tarde’. Pero de dos semanas para acá, era ‘mamá, no quiero ir'».
La madre culminó su mensaje con un pedido a la comunidad: que sigan orando por la recuperación de Tati y que se siga concientizando sobre la importancia de erradicar el bullying, hablando del tema tanto en los hogares como en las escuelas. Mientras las autoridades educativas investigan los hechos y la fiscalía avanza con una denuncia, el caso expone una doble vulneración: la violencia institucional del sistema de salud al emitir un parte inexacto y la falla estructural del establecimiento educativo que no protegió a la niña a tiempo.
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