El domingo 26 de octubre, el municipio tucumano de Juan Bautista Alberdi vivirá una jornada electoral crucial, no sólo para elegir un nuevo intendente, sino para intentar cerrar uno de los capítulos más oscuros de su historia reciente, marcado por un grave escándalo de narcotráfico que forzó la intervención del municipio.
La elección, que se realizará en simultáneo con los comicios legislativos nacionales, contará con al menos seis candidatos a la intendencia. Sin embargo, es el oficialismo peronista del Frente Tucumán Primero el que llega con una fuerza numérica abrumadora, presentando una veintena de acoples: 18 listas de aspirantes a concejales que buscarán traccionar votos para su candidato, Bruno Romano.
Romano, un ex concejal del espacio de la legisladora Nancy Bulacio, no está exento de polémica. En 2022 fue absuelto en un juicio por violencia de género, un antecedente que, no obstante, según la apoderada del PJ, Ana Escobedo, no representa “ningún obstáculo” para su candidatura, ya que cuenta con su certificado de antecedentes penales “en condiciones”.
La contienda no se reduce al peronismo oficialista. Competirán Pablo Nughes por La Libertad Avanza; el ex concejal Luis María Augier por la alianza Alberdi Cambia (ligada a sectores radicales); Raúl Horacio Frías por Fuerza Republicana; Carolina Rodríguez, una dirigente del PJ vinculada al ex intendente de Las Talitas, Carlos Najar; y Julio Argentino Agudo por Pueblo Unido.
Este proceso electoral es el resultado directo de la intervención dispuesta por el gobernador Osvaldo Jaldo el pasado mes de marzo, tras estallar un escándalo de narcotráfico y corrupción que involucró al entonces intendente Luis «Pato» Campos. La crisis se desató con la viralización de unos audios en los que un empresario, Roque «Chipi» Giménez, se escuchaba dando indicaciones a Campos sobre cómo manejar a la policía y el narcotráfico en el pueblo, en una conversación que destapó presuntas vinculaciones de funcionarios municipales con el narcomenudeo. La gravedad de los hechos llevó a Jaldo a desplazar a Campos y al Concejo Deliberante, nombrando a un interventor con la tarea de convocar a elecciones.
Ahora, con el padrón definitivo publicado y las listas oficializadas, Alberdi se prepara para una votación que representa mucho más que un cambio de autoridades. Es una prueba de fuego para la democracia local y una oportunidad para que los vecinos elijan un nuevo rumbo, intentando dejar atrás la sombra de la impunidad y el narcotráfico que durante meses ensombreció a su ciudad.