Juan Luis Díaz Coronel tenía 30 años la noche en que una bala le quitó la vida. A las 2 de la mañana, mientras su madre lo buscaba para que vuelva a casa, Jorge recibió un disparo ante los ojos de la mujer que corrió a socorrerlo. Un instante después ya era tarde: falleció al desplomarse, sobre los brazos de Juana Paredes, la mujer que lo trajo al mundo.
Juana y su hija, Mercedes, no tuvieron tiempo de llevarlo al hospital pero afirman haber visto, unos segundos antes, cómo una mujer le disparaba a Jorge y aseguran, es hija de su pareja, de 55 años, P., vecina de la zona donde ellos también viven.
Se conocían del barrio San Martín, donde crecieron y después de mudarse al barrio 143 viviendas, en Manantial Sur, formalizaron la relación.
Esa noche más temprano, Jorge se empezó a alterar y a hacer ruido para salir a la calle. Desde su adolescencia sufría de una adicción a las drogas que hacía que cada noche insistiese con salir a las calles del barrio y entonces Juana, su madre, tenía que salir a buscarlo. Hace algunos años, además, había sido diagnosticado con una discapacidad intelectual. Aunque de jóven ya consumía, la situación empeoró, en palabras de sus familiares, porque P. y su hija le vendían paco.
Según denunciaron los familiares de Jorge, los hijos de P., además, amenazaban a su familia y estaban en contra de la pareja, lo atacaban y buscaban separarlos. La hija de P. habría sido quien realizó el disparo que termino con la vida del hombre de 30 años.
“Yo quiero que A. pague por lo que hizo, que la metan en prisión ya. ¡No puede seguir en libertad tras matar a mi hijo, escapar en su moto y desaparecer! Y encima, la Policía nos dice que no pueden actuar hasta que un juez ordene su detención”, concluyó Juana, en diálogo con Los Primeros.
Ahora, desde la Unidad Fiscal de Homicidios de Feria, a cargo del fiscal Javier González Loch, deberán investigar el caso y determinar los motivos por los que el hombre fue asesinado en Manantial Sur, la madrugada del domingo, ante los ojos de su madre.