Duros artículos en los diarios, criticando el trabajo de Juan Manzur.
Desde Clarin y La Nación, haciendo eco en muchos otros diarios nacionales y provinciales, las fuertes criticas hacia la labor del Jefe de Gabinete de Ministros, se hizo viral.
«Juan Manzur toma distancia de la gestión y sigue atrapado en versiones de cambios. El jefe de Gabinete dedica su agenda a intendentes, gobernadores, sindicalistas y empresarios. Cómo sigue la relación con Alberto Fernández y Cristina Kirchner», escribe el periodista Federico Mayol este domingo en Clarín.
Las acusaciones son por «Una gestión paralizada», y también se lee «Hay una baja calidad de gestión», en referencia al volumen de trabajo que pasa por la Jefatura de Gabinete, que, según el dato reportado, sería un «10% del trabajo, con tan solo 30 expedientes por mes».
Los medios remarcan que: «La relación entre Juan Manzur y el Presidente Alberto Fernandez es casi nula».
Manzur «habla muy seguido con la Vicepresidenta Cristina Kirchner» reportan los diarios, y «Está preocupado por el futuro del gobierno» afirman desde su entorno.
También, en las notas, aprendemos que, Manzur, evaluaría la chance de regreso a su provincia, junto con Osvaldo Jaldo, «El funcionario se suma agenda todos los viernes en su provincia».
«Juan es de los que cree que si te convoca el peronismo, tenés que estar. A pesar de todo, no está dispuesto a borrarse», asegura un dirigente de Tucumán que se sienta a hablar con Manzur cada tanto y que desalienta las versiones que dan al funcionario afuera del Gobierno, con un pie en la provincia y con Sergio Massa al acecho.
«Su agenda pasa por los intendentes, los sindicalistas, los gobernadores y los empresarios», resaltan cerca del jefe de Gabinete. El ex gobernador tiene, además, un vínculo privilegiado con Estados Unidos -sembrado por él mismo y, en parte, por el lobbista Gustavo Cinosi- y con la colectividad judía.
Leemos en los diarios nacionales, quienes, al unísono apuntan contro Manzur.
«Está todo trabado, nadie hace lo que tiene que hacer. Nadie decide nada. Es un cambalache», se lamentó un ministro.