Tropas rusas de Putin ingresan en territorio de Ucrania y temen la peor guerra europea en 80 años

El presidente de Rusia, Vladimir Putin, autorizó el envío de tropas a Donetsk y Luhansk, luego de reconocer la independencia de estas dos regiones de Ucrania que desde 2014 están controladas por grupos prorrusos.

Según un decreto publicado por el Kremlin la tarde de este lunes, el mandatario autorizó al Ministerio de Defensa a movilizar fuerzas a estas zonas para cumplir con funciones de «mantenimiento de paz», aseguró el sitio en español de la cadena británica BBC.

El decreto no especifica exactamente cuál es el alcance de esta autorización, pero expertos en Ucrania y Rusia coinciden en señalar que ahora Putin podrá enviar oficialmente tropas rusas a estas regiones del este de Ucrania.

Luego de un largo discurso televisado, Putin firmó este lunes el decreto en el que otorga reconocimiento a Donetsk y Luhansk como estados independientes de Ucrania.

El Kremlin había adelantado esta medida en una declaración divulgada poco antes, en la que se indicaba que Putin había informado a los líderes de Francia y Alemania de su intención de firmar un decreto otorgando este reconocimiento.

Rusia ha desplegado más de 150.000 tropas en la fronteras con Ucrania, mientras que Estados Unidos y sus aliados europeos y de la OTAN han estado ofreciendo apoyo material y diplomático a Kiev ante lo que han calificado como una «amenaza inminente» a su integridad territorial.

Las regiones independentistas de Ucrania a las que Putin reconoció esta noche.

Occidente teme que el reconocimiento de la independencia de Donetsk y Luhansk sirva de pretexto a Rusia para invadir ambos territorios, con la excusa de defender a la población rusófona. Moscú ha otorgado miles de pasaportes rusos a los habitantes de ambas zonas.

«Amenaza a la seguridad de Rusia»

Putin anunció su decisión de reconocer a estos territorios rebeldes de Ucrania al final de un discurso televisado que se extendió durante casi una hora, en el cual se remontó a la creación de la Unión Soviética (URSS) para argumentar su decisión. En su intervención, el mandatario ruso dijo que «Ucrania nunca había tenido una tradición verdadera como Estado» y que la Ucrania moderna fue «creada» por Rusia.

En ese sentido, criticó al líder fundador de la Unión Soviética, Vladimir Lenin, a quien acusó de haber colocado a Rusia en una situación desventajosa y afirmó que Moscú había sido «robado» durante la desintegración de la URSS.

El mandatario ruso cuestionó la posibilidad de que Ucrania se una a la OTAN, asegurando que de hacerlo serviría como «una amenaza directa a la seguridad de Rusia».

«Considero necesario tomar una decisión que desde hace tiempo caía por su propio peso: reconocer de inmediato la independencia y la soberanía de la República Popular de Donetsk y de la República Popular de Lugansk», dijo Putin al final de su discurso.

Reacción de la UE

La decisión de Putin fue condenada prontamente por la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen. «El reconocimiento de los dos territorios separatistas en Ucrania constituye una flagrante violación al derecho internacional, a la integridad territorial de Ucrania y a los acuerdos de Minsk», señaló haciendo referencia a los acuerdos de paz relacionados con la situación en el este de Ucrania.

«La UE y sus socios reaccionarán con unidad, firmeza y con determinación en solidaridad con Ucrania», agregó.

Horas antes, el jefe de la diplomacia de la Unión Europea, Josep Borrell, había advertido que si Rusia reconocía a Donetsk y Luhansk como estados independientes de Ucrania, propondría ante los líderes de la UE la posibilidad de aplicar nuevas sanciones contra Moscú.

El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, también criticó duramente la decisión de Putin. «Esto debilita más la soberanía y la integridad territorial de Ucrania, erosiona los esfuerzos para lograr una resolución al conflicto y viola los acuerdos de Minsk, de los que Rusia es parte», dijo el funcionario, quien reiteró sus acusaciones de que Moscú busca un pretexto para invadir Ucrania.

Otros líderes europeos como el primer ministro de Reino Unido, Boris Johnson, y el canciller de Alemania, Olaf Scholz, también han rechazado esta decisión de Moscú.

En Estados Unidos, por otra parte, el gobierno de Joe Biden anunció que se prepara para prohibir que empresas y ciudadanos estadounidenses realicen «nuevas inversiones, comercio u operaciones financieras» relacionadas con Donetsk y Luhansk.

También establecerá la posibilidad de sancionar a cualquier persona o institución que opere en esas regiones de Ucrania.

Desde el inicio de la escalada de tensiones, el gobierno de Biden ha dejado claro que si Rusia invade Ucrania habrá una fuerte respuesta económica por parte de Estados Unidos, cuyo Senado ha estado trabajando en «la madre de todas las sanciones» para aplicar en este escenario.

Festejos

El anuncio de la decisión de Putin, por otra parte, fue motivo este lunes de celebraciones en Donetsk y Luhansk, cuyos líderes habían solicitado a Moscú dar este paso.

Donetsk y Luhansk están bajo control de grupos prorrusos desde 2014, cuando milicias separatistas se enfrentaron con el gobierno de Ucrania y declararon su independencia de Kiev.

Desde entonces, pese a un acuerdo de cese el fuego firmado en 2015, en esa zona ha habido brotes frecuentes de violencia entre estos grupos y fuerzas ucranianas.

Este conflicto ha causado la muerte de unas 14.000 personas, de acuerdo con cifras de la ONG Intenational Crisis Group.

Lo que implica la decisión de Putin

Una invasión rusa de Ucrania probablemente implicará que uno de los mayores ejércitos del mundo lance una invasión terrestre no provocada de un país vecino. El objetivo aparente sería una expansión del dominio regional, ya sea mediante la anexión o el establecimiento de un gobierno títere, según una nota de David Leonhardt, publicada en The New York Times.

Pocos conflictos desde la Segunda Guerra Mundial se ajustan a esta descripción. Algunas de las analogías más cercanas son la invasión de Afganistán por parte de la Unión Soviética en la década de 1970, Checoslovaquia en la década de 1960 y Hungría en la década de 1950, así como la anexión de Crimea por parte de Vladimir Putin en 2014. Estados Unidos, por su parte, invadió Panamá en la década de 1980 y utilizó a la CIA para derrocar a un gobierno elegido en Guatemala en la década de 1950. Por supuesto, también lanzó varias guerras lejanas, en Irak, Vietnam y otros lugares.

La relativa paz ha tenido enormes beneficios. El nivel de vida ha aumentado, y la gente tiene una vida más larga, más sana y más cómoda que sus antepasados. En las últimas décadas, los mayores avances se han producido en los países con menores ingresos. El descenso de las guerras ha desempeñado un papel fundamental: A principios de este siglo, la tasa de muertes en conflictos armados había caído al nivel más bajo de la historia, como han señalado Joshua Goldstein, Steven Pinker y otros académicos.

Una invasión rusa de Ucrania se parecería al tipo de guerra que ha estado ausente en los últimos 80 años y que alguna vez fue común. Se trataría de una nación poderosa que se propone ampliar su dominio regional apoderándose de un vecino. Una guerra como ésta -una guerra de agresión voluntaria- sería una señal de que Putin cree que la Pax Americana ha terminado y que Estados Unidos, la Unión Europea y sus aliados se han vuelto demasiado débiles para exigir consecuencias dolorosas.

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