Por Martín Javier Augier
El Gral. Lavalle provenía de una noble familia alto peruana, afincada en el Virreinato del Río de la Plata.
Espíritu guerrero
Desde chico había adherido a la causa independentista, y formó parte de los granaderos que cruzó Los Andes con el Libertador Gral. D. José de San Martin. Los kilómetros recorridos por Lavalle son incalculables, estuvo en Chile, lucho en épicas batallas en el actual Perú y Bolivia, se enfrentó con el Imperio de Brasil, y recorrió casi la mitad de la Argentina en guerras intestinas entre unitarios y federales.
La orden de fusilar a héroe Dorrego, una pesada cruz
Lavalle había dado la orden en 1828 de fusilar a uno de los personajes más queridos en ese entonces: al Gral. Don Manuel Dorrego, quién era considerado un héroe entre las clases populares de la época, de gran estima del Brigadier Don Juan Manuel de Rosas, que al igual que Lavalle había adherido desde joven a la causa independentista revolucionaria había participado en igual o mayor medida que Lavalle en heroicas guerras, fue uno de los que comandó en la Batalla de Tucumán, junto a Chiclana, Balcarce, von Holmberg, Ignacio Warnes, Diaz Velez, bajo las ordenes de Belgrano.
Lavalle, en 1839 se unió a una campaña contra Rosas, que tomaría mucho poder en 1840 con la formación de la Coalición del Norte.
Batalla de Quebracho Herrado, Córdoba
El 28 de noviembre de 1840, seguido por Oribe, conocido por su ferocidad, quién había sido presidente del estado Oriental del Uruguay, y al ser derrocado se puso bajo las ordenes del Brigadier don Juan Manuel de Rosas. Lavalle venía siendo perseguido por Oribe, y esperaba encontrarse con el valiente Gral. Gregorio Araoz de la Madrid, no pudo pues la falta de comunicación hizo que ambas fuerzas unitarias no pudieran unirse. Lavalle fue aplastado por Oribe .
Batalla del Manantial 19 de septiembre de 1841
Las fuerzas federales, eran superiores además contaba con la presencia de los militares Gral. D. Hilario Lagos y Gral.D. Mariano Maza entre otros destacados por su actuación guerrera y vencedores en distintas batallas. Lo unitarios por su parte tenían la presencia del guerrero de la independencia Gral. D. Gregorio Araoz de la Madrid, y del Gral. Lavalle, D. Marco de Avellaneda, no era militar, sino político y en ese entonces gobernador de Tucumán.
Lavalle era el más formado militarmente de los unitarios, ante la inferioridad numérica dispuso atacar por sorpresa a las fuerzas federales de los avezados Lagos, Maza, Oribe, que esperaban este tipo de tácticas.
En la contienda derrotados los unitarios huyeron al norte. Avellaneda al ser entregado por un ladero, fue capturado y degollado en Metán. Lavalle continuo su huida a Jujuy.

La muerte del Gral. Lavalle y la odisea para salvar su cadáver de los federales
El 9 de octubre de 1841, los federales lograron dar con la casona que se escondía Lavalle, disparando a la puerta una de las balas logró atravesar la madera y herir de muerte a Lavalle.
Uno de sus leales el Coronel Matías Ramos Mejia (provenía de una ferviente familia de unitarios que había perdido todo con Rosas), se alzó con los restos del Gral Lavalle y logró escapar de los federales, huyendo hacía la quebrada de Humahuaca, logrando llegar a Tilcara donde sus restos fueron velados. En Huacalera a orillas de un río descarnaron los restos del Gral Lavalle para que no caiga en las manos enemigas y se cometa el sacrilegio de humillar su cadáver. En el poncho de Matias fueron envueltos los restos del prócer.
La arriesgada maniobra de los hermanos Ramos Mejía (leales a Lavalle), quienes acompañado por una columna que arriesgó su vida entre los que se encontraban: Ezequiel y Francisco Ramos Mejia, su cuñado Francisco Madero, Isaias de Elías Alzaga, Juan Pedernera, Felix Frías, entre otros.
En Potosí enterados de su odisea fueron bien recibidos por el gobierno boliviano y los restos del Gral. Lavalle inhumados con honores.

