Jaldo gobernador y Tucumán se pregunta: ¿dónde está Carolina Vargas Aignasse?

Nadie sabe dónde está. Solo el diario LA GACETA deslizó el dato muy dentro de uno de sus párrafos. ¿Salió de vacaciones? ¿En qué momento? ¿Justo antes de que asuma Osvaldo Jaldo como gobernador? La ministra de Gobierno y Justicia de Tucumán, la empresaria polirubro y ultra manzurista Carolina Vargas Aignasse, tomó licencia por tiempo que una gran mayoría desconoce.

En Casa de Gobierno hay quienes aseguran que lo hizo porque no quería encontrarse con Jaldo, que el lunes último reemplazó a Manzur en el sillón de Lucas Córdoba. Otros, sin embargo, dicen que a la funcionaria le debían vacaciones de la época en la que hacía campaña bailando y filmando videoclips para ser parte del gabinete de Manzur.

Lo único cierto es que la ministra no está y que hay preocupación en su entorno, en sus empresas y numerosas emisoras de radio por el futuro de las enormes porciones de erario público que el Estado tucumano destina a sus proyectos.

Desde febrero, a través de la Secretaría de Comunicación de Tucumán, Vargas Aignasse se hizo asignar más de $1.500.000 por mes, que se paga a fin de cada mes, a diferencia de otros proveedores que ven el dinero del servicio prestado recién a los tres meses. La última pauta asignada a su empresa TUCSON CITY SA fue de $2.600.000 por publicidad para la repetirá de CNN en Tucumán, que al día de hoy ofrece solo un programa propio.

El escándalo fue replicado hace algunas semanas por sitios de alcance nacional como Real Politik, que aseguraron que parte de esos dineros públicos eran en realidad para otro de los fructuosos emprendimientos de la ministra Vargas Aignasse, su café de alta gama Havanna. “Juan Manzur destina casi 3 millones por mes en publicidad a un local de Havanna”, tituló el portal.

La firma TUCSON CITY de Carolina Vargas Aignasse, fundada en 2006, ofrece diversos servicios. Desde venta minorista de bombones y golosinas, venta de ropa y hasta emisión y retransmisión de radio.

En el sitio del BCRA la firma no presenta deudas y todo se muestra en orden, salvo por un hecho particular del que quedó registro en el Boletín Oficial de la Provincia, en febrero de 2019, cuando denunciaron el extravío de un libro de inventario y de balance N°1.

Según especialistas este es un hecho común, al igual que las razones. Generalmente, la pérdida de este tipo de libros se da cuando existen presupuestos imposibles de probar, afirman, lo que da a la empresa un plazo de seis meses para “reconstruir” sus libros de contabilidad para poder rendir cuentas ante la entidad correspondiente, en este caso la AFIP. Una curiosidad que ofrece Google…

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