La interna de los peronismos sigue que arde. Este viernes sin nada de fin de semana, las calles fueron un infierno por la actividad política de los bandos reinantes. La zona del Concejo Deliberante, cortada; la Intendencia, imposible. Microcentro y barrio Sur, prácticamente de punta a punta, demorado por la disputa entre el gobernador Juan Manzur y el intendente Germán Alfaro.
Manzur intentó este viernes un “golpe institucional” contra Alfaro, a quien, a través de sus concejales adictos, intentó obligarlo a tomar licencia hasta el final de la campaña, algo que el primer mandatario provincial ni ninguno de sus compañeros de lista están dispuestos a hacer.
Finalmente, rápido de reflejos, el jefe municipal solicitó temprano en la mañana una licencia por un día y dejó sin efecto el proyecto de ordenanza que debía tratarse en sesión extraordinaria.
El 19 de agosto pasado, el Concejo que preside el manzurista Fernando Juri aprobó la ordenanza que disponía que el intendente, funcionarios y empleados municipales que sean candidatos deban tomar licencia a sus cargos. Dos días después, la norma fue vetada por el intendente y Juri convocó nuevamente a sesión para este viernes.
La licencia de Alfaro obligó a Juri a asumir la intendencia, dejando al manzurismo sin los votos para aprobar la licencia del intendente: Ocaranza consideró que se trata de «una ordenanza claramente tramposa, claramente chicanera y poco serio», y disparó: «Si tuvieran las intenciones que dicen tener le deberían pedir licencia al gobernador, a la ministra (Rossana) Chahla, a Alejandro Melo y demás funcionarios que forman parte de la lista de candidatos del Frente de Todos».
Otra fallida estrategia del manzurismo en Tucumán.