Como regla, el gobernador Juan Manzur, se ha alineado a las políticas del Gobierno Nacional sin importar demasiado la realidad de Tucumán. Con la asunción de Alberto Fernández, esto se intensificó pero, con la pandemia, esto ya se convirtió en una “subordinación automática”.
Estos últimos días el Presidente de la Nación ha vuelto a amenazar con el regreso de las restricciones de circulación a los ciudadanos, una costumbre que le dio réditos en un primer momento pero después se transformó en cómodo vicio.
Por esto, el gobernador tucumano rompió su habitual silencio sobre los temas importantes, y buscó culpables del aumento de los contagios, aunque en Tucumán no haya sido sensible. Este lunes, en su parte vespertino del día, el Ministerio de Salud Pública informó que se sumaron 21 nuevos casos, con lo que fueron 158 en las últimas 24 horas.
Por esto, al ser consultado sobre la clausura en Yerba Buena, donde en un bar habían más de 400 personas), el mandatario expresó: «Pedimos responsabilidad social fundamentalmente a los dueños de los locales, eso no se puede hacer, están haciendo un daño a muchas familias, esto es un atentado a la salud, porque esas aglomeraciones de gente son un foco ideal de contagio”.
Pero después, el mandatario optó por subir el tono, en sintonía con Alberto, y al ser consultado sobre la posibilidad de volver a las restricciones, amenazó: «Lo estamos monitoreando día a día, puede ser posible». «Todo lo que tengamos que hacer desde el Gobierno para cuidar a las familias tucumanas lo vamos a hacer. Cumpliendo las normas vamos a estar bien», concluyó.