Otra vez de la desidia de los gobernantes dejó a Tucumán en el caos, con riesgo para la salud, para la economía y para la tranquilidad de los habitantes de la provincia. Una vez más, una tormenta veraniega, de esas que sabemos son de inexorable llegada, dejó a la ciudad y sus alrededores “dada vuelta”.
Y no fue un sector: videos y fotografías de todas las zonas posibles fueron publicados en las redes y los medios de la provincia. En el sur, en la calle Jujuy al 2000 el agua arrastró a un auto. Hacia el norte, en la intersección de Uruguay y Balcarce las calles se tornaron ríos crecidos, intransitables, peligrosos.
Hacia el este de la ciudad, la avenida Nicolás Avellaneda quedó totalmente anegada, con el consecuente perjuicio para el Centro de Salud. Imágenes de las salas inundadas, aún con enfermos, recorrieron los medios del país a través de videos. Hacia el Oeste, se pudo ver a una cadete de PedidosYa en la Avenida Mitre y San Juan, arrastrada por el agua y rescatada por solidarios ciudadanos.
En el centro, un árbol que no fue debidamente podado ni revisado, destrozó en su caída a un automóvil estacionado frente a la Plaza Irigoyen, en Tribunales. Y, por supuesto, la intersección de 24 de Septiembre y Marco Avellaneda quedó una vez más con más de 1.50 metros de agua acumulada. La imagen de la laguna bajo el puente de tren, y la de los automóviles con el agua por encima de sus faros, inundaron el WhatsApp de Tucumán.

Mientras tanto, más de 30 mil usuarios quedaron sin electricidad en la Capital, Villa Carmela y Tafí Viejo, mientras la empresa de energía, EDET prepara un tarifazo en complicidad con el Poder Ejecutivo y la Legislatura.
De esta forma, los tucumanos vivieron una vez más en carne propia, exponiendo su seguridad y economía, la desidia de los gobernantes y quienes deben controlarlos. Cientos de miles de millones de pesos se invirtieron, supuestamente, en obras pluviales que nunca se construyeron o se construyeron mal.
Lo que creíamos el clímax de esta situación sucedió en 2015 cuando se cayeron diez puentes mal construidos, mientras era gobernador de la provincia José Alperovich. Pero, durante la gestión de su “ahijado” Juan Manzur también cedieron otros tantos, mientras los problemas se agravaron por el crecimiento de la población y la falta de infraestructura.