Cientos de refugiados sirios en Líbano se vieron obligados a desplazarse después de que su campamento quedara destruido por un incendio intencionado, ocurrido durante una refriega con una familia libanesa. El suceso ocurrió en Miniyeh, en el norte de Líbano, en una pelea que involucró a trabajadores sirios que vivían en el campamento y a una familia local. Durante el enfrentamiento, varios jóvenes libaneses comenzaron a prender fuego a las tiendas de campaña.
La pelea, cuyas causas están bajo investigación, dejó al menos tres heridos, uno de ellos por intoxicación grave, según la Defensa Civil libanesa, la agencia oficial de noticias libanesa NNA y la red de activistas del Observatorio Sirio para los Derechos Humanos. El incendio del campamento provocó además la explosión de varias garrafas de gas que proporcionaban calor e iluminación a los residentes, según el diario Annahar, en una deflagración de tal magnitud que los bomberos necesitaron cuatro horas para controlar las llamas.
El principal clérigo suní del país, el mufti Abdelatif Derian, calificó el incidente como un «crimen aberrante» y pidió que los responsables sean llevados ante la Justicia. «Los refugiados son nuestros invitados y tenemos que ayudarles hasta que regresen a casa«, añadió el clérigo. Líbano es el país que más refugiados acoge en el mundo. Hay más de un millón de sirios que escaparon al país vecino huyendo de la guerra civil que asoló su país.
Este colectivo es especialmente vulnerable en un país que atraviesa además una grave crisis financiera. Nueve de cada 10 refugiados viven en condiciones de extrema pobreza. El 93% de los encuestados por el organismo de Naciones Unidas aseguró haberse endeudado para comprar comida, pero la mitad se encuentran en inseguridad alimentaria, prácticamente el doble que en 2019.